la neurosis de ser yo

sábado, noviembre 20, 2004

Biromes

Las biromes tienen vida propia. Me pasa que a veces me enamoro de una de ellas por un par de días. Es que la encuentro por ahí, la pruebo y me da esa sensación de placer al usarla que la tengo que conservar. Pero un día desaparece. La extraño. Sin dudas. La busco por todos lados. La llamo. La muy turra no da señales de vida. Pero encuentro reemplazante. A veces tardo un par de días en eso. Y cuando logro olvidarla, tiene la indecencia de aparecerse en el lugar menos registrado, trayéndome recuerdos de historias, cuentos antiguos. Entonces no puedo evitar la necesidad de amarla de nuevo.

Corolario: No vuelvas. No vuelvas sin razón. Porque no tengo la fuerza necesaria para estar a un millón de años luz. Y además, esta es mi casa.

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Buenos Aires, Argentina
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