la neurosis de ser yo

miércoles, marzo 01, 2006

Birthday

Los cumpleaños de mi niñez eran un horror. Varios factores se sumaban para tal resultado. Cumplir en medio de las vacaciones era una tristeza, ninguno de mis amiguitos estaba. Como yo no era una niña muy sociable que digamos, a los que sí estaban había que sobornarlos para que aceptaran venir a mi fiestita. Para colmo de males, mamá trabajaba a pleno y nunca fue de esas que planean la celebración con seis meses de anticipación. Mamá se acordaba un par de días antes (con suerte) y llamaba a 5 ó 6 invitados de los cuales acudían dos, a lo sumo tres, a los cuales se les agregaban un par de vecinitos y/o primos que iban de compromiso. La torta, la gaseosa y los sandwichitos de miga los compraba sobre la hora. Dejaba todo listo sobre la mesa y volvía a la oficina. A la hora (o cuando todos empezábamos a agarrarnos de los pelos) regresaba para soplar las velitas y chau, la fiestita se había terminado. Durante años odié celebrar mi cumpleaños. Hace unos tres años volví a mi etapa de niñez. Volví a odiar el hecho de tener que celebrar mi cumpleaños. La gente que me rodeaba no era la que yo quería, en su mayoría. Entonces me escapaba, me iba sola a la playa, por ejemplo. Ahora he vuelto a tener ganas de celebrar. Ahora hay gente a mi alrededor que aprecio, algunos están conmigo desde hace años, otros hace menos pero igual mi cariño es profundo. Si me preguntan, preferiría pasar mi día con certain someone pero sé que eso no va a ocurrir así que empiezo dándome un largo baño de agua caliente, perfumo mi piel de vainilla, escucho a Josh mientras agradezco el maravilloso año que he pasado y sueño con el que viene, posteo y me dispongo a empezar a transitar mi happy birthday # 32 dispuesta a celebrar lo que el día me proponga.

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