Reflexiones inconexas

En la radio del taxi que me trae de vuelta a casa suenan Los Rodriguez y de repente tengo 20 de nuevo. Y voy a todos los recitales que puedo desquitándome de los 17 años vividos en un tacho donde lo único que pasa es aburrirse y soñar con una existencia distinta. Y lo logré. Y en Prix D'Ami tomaba una cerveza con Javier Calamaro y en los recitales de la 9 de Julio veía desde el backstage cuando Fito cantaba "Tumbas de la Gloria" por primera vez en vivo y Spinetta me agradecía en un show. Porque eso era yo a los 20. Una chica del rock. Una especie de émulo de Gloria Guerrero pero con menos coraje (y cero drogas). Y cuando perdí mi virginidad (qué fea esa frase!!!!!) también tuvo que ver con el rock y Los Rodriguez cantaban "Me estás atrapando otra vez" y yo pensaba en él y él pensaba en la dama a la que está dedicada la canción. Porque a los 20 era una nena de pueblo ingenua todavía. Y ahora es como si eso le hubiera pasado a otra persona. No reconozco nada de lo que fui en ese entonces. Sólo añoro la pasión. Y la tonta ilusión de que el arte cambiaba el mundo. Porque ahora soy una cínica trabajadora de la televisión que se clava un alplax para dormir por las noches y ya casi no cree en el arte. Entonces... llego a casa y pongo "Sin Documentos" y descanso en el recuerdo tonto de cuando yo era más tonta. Pero no más fácil. Nunca es fácil.