la neurosis de ser yo

viernes, septiembre 22, 2006

Cuentito de primavera

Había una vez un chico y una chica a los 14 años. Él la conoció y quedó prendado, no tanto de su belleza como de la sangre que le hervía en vida. Él hablaba poco y ella se llevaba el mundo por delante. No fueron amigos en el sentido estricto de la palabra. Él era su fiel Sancho Panza defendiéndola de las ilusiones del mundo. Ella se sabía su musa rechanzando en público, y conmoviéndose en privado, la gesta de tan noble plebeyo. Una noche, ella soñó con una tierra de molinos y hacia allí partió a darles batalla. Él encontró un faro y ahí se quedó.
Había una vez un chico y una chica 14 años después. Ella lo conoció y ahora era un hombre. Él la seguía mirando con la intensidad hecha amor que a ella tanto le incomodaba antes. Más ahora ella lo miraba igual. Era su guerrero, su compañero montado en hidalgo corcel y también en tosca mula. Ella navegó esta vez las aguas calmas y cerradas de un lago. Él cuidó del lastre y las provisiones. Armaron su refugio en un pecio y casi casi comieron perdices. Pasado un tiempo, el sueño de los molinos volvió y ella repitió su partida.
Había una vez una chica 4 años después. Ella vive ahora en la tierra de los molinos. Una vez por año sueña con el guerrero, con las aguas calmas y con esa mirada que nunca más encontró.

(Happy birthday wherever you are)

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