Todo está metódicamente calculado. Cada vez que padezco de un parate laboral (algo que ocurre con una frecuencia de entre 8 meses a 1 año) es el momento que elijo para hacerme los chequeos médicos habituales: ginecóloga, clínico, odontólogo, dermatólogo...
La anécdota de esta vez fue la odontóloga. Empezó a mirarme la boca y a exclamar "Increíble! Tenés todos los dientes! Los 32! Y están perfectos! Te aseguro que esto se ve pocas veces".
Luego de la limpieza de rutina salí sonriendo. Por un lado, para mostrar mis dientes limpitos de manchas de nicotina y, por el otro, alentada por la siguiente reflexión: "Ok, las tetas y el culo se me caen a pedazos, estoy gorda, tengo estrías, celulitis y flaccideces varias. Eso sí, la dentadura está intacta".
la neurosis de ser yo
domingo, octubre 23, 2005
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